Tengo los encuentros más "raros" con las personas y las cosas. Mi mente se excita y de pronto comienza a convulsionar, entro en un "Arriba, abajo, derecha, izquierda", repitente sin cesar, una y otra vez, no calla ¡No calla! Y después de un transe de estupidez, me doy cuenta que me hayo sentada en un bar.
Miro al frente y veo unas perlas gigantes, brillan como su energía, no tienen color, el color se halla en la mente y después de mucho tiempo me doy cuenta que debo ser más escéptica. Observo el peculiar lugar y en una de sus tantas cosas encuentro un mural, no lo recuerdo literalmente, decía algo así: “Lo único que realmente nos deja perplejamente en silencio, es la música, el amor y…” y había algo más. ¿Qué tan importante sería aquella otra palabra que no recuerdo?
Y después de pasar 5 horas, por primera vez, siento que mi alma se haya tan unida a la tuya que me estremece y me hace dar vueltas en el espacio, no estoy sola, tu tampoco. Tengo un gran presentimiento, emana de mi pecho, tan hirviente, tan ligero que me disgusta tanto amar aquellos encuentros.