Dejád que te cuente una pequeña divagación de encantos....

martes, 12 de octubre de 2010

Inigualable desavenencia...

¿Cómo poder entender? Aquella noche llego a mi presencia cierta figura tan abstracta que en vez de darme dolor, ha hecho que mi posterioridad sea más compleja y grata. Aún no comprendo que en ese majo desierto hubiese una huerta, y lo que más se me hace fantástico es haber encontrado una flor en tan enorme prado, tan hermoso con su gran esplendor y solo había una, solo una de ellos, era único y lo digo literalmente.

Sin embargo, nada puede ser tan agradable, estaba lleno de espinas, creo que le llamaban “La Rosa”; en realidad no era rosada, su color era blanco, y tenia la mas bella textura, sus ángulos eran perfectos con la concordancia del cielo, su silueta hablaba por si sola, y aunque no tuviese símbolos, podría comprenderlo ¿Cómo puede ser esto? Si, lo comprendía con mi enorme corazón de cristal.

Yo era totalmente ufana al observar esta singular especie, pero no solo lo hacia yo, habían más como yo, mirándole fijamente y observándole con sus grandes ojos de cefalópodos, debo decir que me aterrorizaban hasta a mi. Viéndoles observar así a mi unicidad, no me agrada, no me gusta, y quiero decirles que se larguen; pero ellos no me quieren escuchar, no responden a mis insultos, solo no me prestan atención, y yo quiero que lo hagan. Así podrán entender que no es para todos, deleitar, esa bella figura.

De alguna manera me siento egoísta, pero de verdad siento que es mío, creo que lo he cuidado y regado con mi energía diariamente, le protejo como si fuera mía, porque lo es, pero ¿Por qué nadie me escucha? ¿Por qué? ¡Escúchenme!...

¿No eres mío? siempre lo he preguntado, no solo a mi, si no a la luna también; pero nadie me da razón de nada, y estoy por creer que es cierto. Si no eres mío ¿de quien eres entonces? ó ¿simplemente no tienes dueño? Me gustaría que la primera respuesta no quepa en mi pensar, no quiero que sea real; me mentiré al respecto, quiero hacerlo, no me importan las consecuencias, pero se que dolerá, y sufriré; pero también se… tú estarás ahí para ayudarme a fortalecer ó ¿También me estoy mintiendo aquí? Pero la segunda... la segunda simplemente me hace feliz, puedes ser tan libre como el aire que roza tus pétalos, soy amargamente feliz por ti entonces...

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