Consumida por el dulce sabor amargo de aquel indigente de cuerpo canela, con sus gestos de mordida, pensando en el aire al ritmo de su color sin figura que adorna mi alrededor con sus grandes poderes de tranquilidad, es una relajación de ternura y sinónimo de paz. Imaginar que eres tan inimaginable como lo puede ser tu amigo rosa, predecible, pero no concreto; aunque tú no eres ninguna de las dos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario